Aceptar

La piedra que fui se ablandó, dejó libre el hueco. Aquel barro que él fue se lavó. Ya cumplimos. Queda el camino limpio.
¿Qué diré ahora? Diré: Bueno. Como la semilla en su ceguera, sin conocer el árbol de mañana.

(Sara Gallardo, Eisejuaz)

Mirada eunuca

A muchos el universo les parece honrado; las gentes honestas tienen los ojos castrados. Por eso temen la obscenidad.

(Georges Bataille, Historia del ojo)

Sé lo que es un fascista cuando lo veo

El juez Potter Stewart, otrora miembro de la Corte Suprema de los Estados Unidos, se cubrió de ridículo a los ojos de casi todos los comentadores al declararse satisfecho, un día de 1964, de la definición más simple posible de la pornografía; su fórmula se volvió famosa: "Sé lo que es cuando lo veo". Los auditores se rieron a carcajadas y unánimemente se le reprochó a esta ocurrencia no ofrecer nada mejor que una apreciación totalmente subjetiva, por lo tanto sin generalización posible y sin ningún valor jurídico, además de caer en lo que a veces se llama el sofisma del elefante (creer que existen en el mundo ciertas cosas muy difíciles de describir pero que al mismo tiempo son perfectamente reconocibles como el elefante). Sin embargo, el juez Potter Stewart enunciaba tal vez con mucha simpleza una definición particularmente adecuada y precisa de la pornografía. De hecho la única definición formal utilizable. Pero tendría que haber seguido con su idea y explicarla más.
En principio, el sofisma del elefante no es tan absurdo. La pornografía, como la belleza, la cualidad o el humor, pertenece a esta clase de cosas curiosas que creemos reconocer todo el tiempo sin poder nunca definirlas.

(Bernnard Arcan, Antropología de la pornografía) p26

Como debe ser

No soy grande, así que guardo mi secreto y se acabó. Así explicó Diego cómo el amor queda guardado en el centro de su vida de chico. Igual que Diego lo guardo yo. No hablo de él ni lo invoco ni lo defino ni lo pido ni lo prometo ni lo recomiendo.

(Sara Gallardo, Los galgos, los galgos) p.268

Y pensar que Phil Elvrum se lamentaba en The Glow pt.2 (sequel)
"it was a mistake to rely on having my treasures seen"
Sara lo cuidó mejor.

Mi perro es inmortal


1939 
Carta 5. [Sin fecha]
Usted es verdaderamente una salvaje. Incluso su dulzura es una dulzura de animal salvaje. Los animales que sacan las garras son siempre mucho más dulces que los otros. Saben contenerse mejor, son más cariñosos, su pelaje es más sedoso, sus pupilas se cierran más fácilmente, pero aun así queda esa agitación imperceptible de la raza, esa posibilidad de sacar repentinamente las garras como usted suele hacer, y el brillo de la mirada en ese momento, de los ojos que no claudican [...]
R.
(Roger Caillois, carta a Victoria Ocampo)

Los insondables

Ella es más misteriosa que todas las evidencias exteriores que usted jamás ha conocido hasta ahora.
Tampoco nunca sabría usted nada, ni usted ni nadie, nunca, cómo ve ella, qué piensa ella de usted y del mundo, y de su cuerpo y de su espíritu, y de ese mal que ella dice que le invade. No sabría decírselo, de ella nada podría usted saber.
Nunca sabría usted, nada ni usted ni nadie, de lo que ella piensa de usted, de esta historia. Por muchos que fueran los siglos que cubrieran el olvido de sus existencias, nadie lo sabría. En cuanto ella, no sabe saberlo.
Porque no sabe nada de ela diría que ella no sabe nada de usted. Se empeñaría en ello.


(Marguerite Duras, El mal de la muerte)

Imaginemos a Clastres cagándose de risa de Dalton y sus dolores de cabeza

Su frenesí ideológico, su voluntad de saqueo de la etnología llega hasta el límite, o sea, hasta la supresión pura y simple de la sociedad primitiva como sociedad específica, como ser social independiente. Dentro de la lógica del discurso marxista la sociedad primitiva, simplemente, no puede existir, no tiene derecho a una existencia autónoma, su ser se determina por aquello que vendrá después de ella, por aquello que es obligadamente su futuro. Los marxistas proclaman, doctamente, que las sociedades primitivas son sociedades precapitalistas. He aquí el modo de organización de la sociedad humana durante milenios, salvo para los marxistas (?). Para ellos, la sociedad primitiva no existe sino rebatida sobre esta figura de la sociedad aparecida a finales del siglo XVII, el capitalismo. Hasta entonces nada cuenta: todo es precapitalista. No se complican mucho la existencia, debe ser relajante ser marxista. Todo se explica a partir del capitalismo porque ellos poseen la doctrina correcta, la llave que abre la sociedad capitalista y, en consecuencia, todas las formaciones sociales históricas. El resultado es que, para el marxismo en general, lo que (mide) la sociedad es la economía y para los etno-marxistas, que van aún más lejos, lo que mide la sociedad primitiva es la sociedad capitalista. Así de simple. Pero aquellos a quienes no arredra un poco de cansancio plantean la pregunta a la manera de Montaigne, La Boétie o Rousseau y consideran lo que ha venido después en relación a lo que había antes: ¿qué ocurre con las sociedades post-primitivas? ¿Por qué aparecen la desigualdad, la división social, el poder independiente, el Estado?

(Pierre Clastres, Investigaciones en antropología política, p.178)

Sarita y la soberanía del mal

[venía Julián montando su caballo...]

Disipó mi furia un incidente. A cargo del oscuro por supuesto, quien a menudo me deparaba las satisfacciones que los malos otorgan a los cobardes haciendo al prójimo crueldades que ellos no osan. Pasábamos la primera casa. Una avanzada perruna se precipitó a bramarnos, acosó a los galgos, nos rodeó. El oscuro perdió la paciencia y con patada fulmínea lanzó al más insolente aullando como alma en pena hasta el horizonte. ¡Qué placer!

(Sara Gallardo, Los galgos, los galgos) p92

Pues claro que es racional, es un invento típico de la razón, uno de los "monstruos" que genera su sueño

La diferencia aducida con frecuencia según la cual el racionalismo es negación del "milagro", y su opuesto afirmación de éste, es manifiestamente falsa o por lo menos muy superficial. Pues la teoría corriente del milagro como ruptura ocasiona de la cadena causal natural por un ser que la habría establecido a ella misma y debería ser por consiguiente señor de ella, es tan "racional" como la que más.

(Rudolf Otto, "Lo sagrado") p14

Sara

Por su familia tuvo y no tuvo suerte. Venía de perros cazadores. Oyó hablar de hazañas. Aquel ardor, aquellas almas. Todos desmesurados.
Primer engaño fue ese, la familia. Segundo su belleza. Nadie dejó de considerarla espléndida.
(...)
La demanda que batía en sus sangres le resultaba entonces de mal gusto. Ajena. Lloraba a solas. Se creía una reina destronada.
Tal vez sólo era débil. Como tantos.

(Sara Gallardo, El país del humo) p107

Encuentre las cinco diferencias entre los buscadores y los fracasados

No es cuento
Fui siguiendo los rastros de un hombre que sufría,
me habían dicho, hambre de buscar y el pobrecito
soñaba con un tesoro fabuloso.
A eso iba yo también y perseguía al hombre
gual un zorro a ver qué caza el puma, iba
espoleando a mi caballo tras ese rastro.

Les cuento nietos míos que sí,
finalmente lo alcancé al buscador;
pero estaba muerto y con las manos vacías.

Sobre su pecho lloré. Lo bajé de las alturas
y aquí estamos los dos para que ustedes nos vean
como si fuéramos uno.

(Jorge Leonidas Escudero, Caballazo a la sombra)

Menos mal que no tuvo la idea de Nacho Vegas de "por favor, defíname la eternidad"

117
La mayoría de la gente enferma por no saber decir lo que ve y lo que piensa. Dicen que no hay nada más difícil que definir en palabras una espiral: es necesario, aseguran, hacer en el aire, con una mano ajena a la literatura, el gesto ascendentemente enroscado y en orden, con que aquella figura abstracta de los resortes o de ciertas escaleras se manifiesta ante los ojos. Pero, desde que no olvidemos que decir es renovar, definiremos sin dificultad una espiral: es un círculo que sube sin que nunca llegue a cerrarse. Sé perfectamente que la mayoría de la gente no se animaría a definirlo así, porque supone qeu definir es decir lo que los demás quieren que se diga, y no lo que es preciso decir para que algo resulte definido. Mejor dicho: una espiral es un círculo virtual que se desdobla subiendo sin que nunca se realice. Pero no, aún así la definición es abstracta. buscaré lo concreto, y todo resultará claro: una espiral es una cobra sin cobra enroscada verticalmente en nada.
Toda la literatura consiste en un esfuerzo por volver la vida real. Como todos saben, aún cuando actúen sin saber, la vida es absolutamente irreal, en su realidad directa; los campos, las ciudades, las ideas, son cosas absolutamente ficticias, hijas de nuestra compleja sensación de nosotros mismos. Son intransmisibles todas las impresiones, salvo si las convertimos en literarias. Los niños son muy literarios porque dicen las cosas del modo que las sienten y no como debe sentir quien siente según la opinión de otro. Una vez oí a un niño que dijo, queriendo decir que estaba al borde del llanto, no estúpidamente como lo haría un adulto, "Tengo ganas de llorar", sino que dijo: "¡Tengo ganas de lágrimas!". Y esta frase, absolutamente literaria, a tal punto que resultaría afectada en un poeta consumado, suponiendo que fuera capaz de decirla, se refiere resueltamente a la presencia adiente de las lágrimas, irrumpiendo en los párpados que saben de la pena a punto de derramarse. "¡Tengo ganas de lágrimas!" Sí, aquel niñito supo definir su espiral
¡Decir! ¡Saber decir! ¡Saber existir por al voz escrita y la imagen intelectual! No hay nada que valga más en la vida: lo demás son hombres y mujeres, supuestos amores y vanidades ficticias, subterfugios de la digestión y del olvido, gente revolviéndose, como bichos cuando se alza una piedra, bajo el gran empedrado abstracto del cielo azul sin sentido.

(Fernando Pessoa, Libro del desasosiego)

La imagen reflejada no es el ser sino su misterio

Mirarse en el espejo y decirse deslumbrada: qué misteriosa soy.

Soy tan delicada y fuerte.

Y la curvatura de los labios conservó la inocencia.

No hay hombre ni mujer que no se haya mirado en el espejo

y no se haya sorprendido consigo mismo.

Por una fracción de segundo nos vemos como un objeto a observar.

A esto lo llamarían tal vez narcisismo, pero yo lo llamaría: alegría de ser.

Alegría de encontrar en la figura exterior los ecos de la figura interna:

ah, entonces es cierto que no me imaginé, yo existo.


(Clarice Lispector)

Las lecturas posibles

Apenas una ráfaga
Cuando en la aislada oscuridad de la choza de mi selva recorro los textos que guardo en la memoria, se alumbran los recuerdos que mil veces despertaron mis anhelos sexuales.
San Agustín, en el invierno de su existencia, se culpaba por haber cedido a la atracción que emanaba del bello cuerpo de un compañero de juventud. Sin embargo, no sentía culpa por haber abandonado a su mujer en la mitad de la vida, cambiándola por varones con los que convivió hasta el final.
Antonio el Eremita se abismó en el desierto buscando purificarse. Y como sin tentación no hay virtud, a falta de aparatos televisivos u otros estímulos impensables por aquellos tiempos, las seducciones se filtraban entre los remolinos de arena ofreciéndole espejismos de coitos aberrantes, vaginas vomitando lagartos, anos atravesados por renacuajos, senos brotando lentamente de cuerpos aduraznados, muslos dorados, guiños de lentejuelas entre los que el santo varón besaba vaporosas bocas como quien saborea cerezas maduras.
El romano Tiberio entregaba su sexo a las mucosas tibias y desdentadas de los lactantes. En la cueva azul caprina los senos chorreantes de las nodrizas seducían desde lejos a infantes hambrientos colocados entre las piernas del señor. Los bebitos, al no poder alcanzar el jugo de las robustas matronas, se prendían golosos al glande real. Las viscosidades surgían desde las profundidades del vientre néctar. El emperador gozaba tiernamente lameteado por sus pececitos.
El tebano Edipo coincidió con la voluptuosidad de su madre. La tragedia reciclada por el psicoanálisis habla de crímenes, acertijos y suicidios, nada dice, en cambio, sobre la indudable connivencia entre madre e hijo. Y, a pesar de que el mito sembró pistas acerca de los sobreentendidos de la pareja, no sabemos por qué ni a Freud le interesó investigarlos.
Las bíblicas hijas de Lot emborracharon a su cándido padre y lo manosearon, refregaron y chuparon hasta provocarle dos erecciones sucesivas, mediante las cuales lograron sendas fecundaciones incestuosas. De más está decir que el papá no se dio cuenta de nada.
Otra joven bíblica, en este caso esclava, cuyos ojos no envidiaban la transparencia de la miel del Líbano, fue violada y embarazada por su propietario en una cama preparada por la mujer de éste, la honorable Sara.
En el Nuevo Testamento, una esposa adolescente dio a luz sin haber cohabitado con su esposo y, en lugar de sufrir repudios -como lo exigirían los códigos morales-, logró muy alta estima no sólo de su consciente marido sino también de legiones de admiradores.
Mis oraciones concluyen cuando comienzan las fantasías surgidas de tantos textos sagrados y profanos que, como goteras empedernidas, repiquetean en mi cabeza. Rezar antes del solitario regodeo me otorga una especie de licencia para gozar. Me arrojo en mi camastro y escucho los cuchicheos del pasado mientras mis manos tanteándome en presente me brindan una especie de felicidad, apenas una ráfaga. Eso me basta para entrar sosegado en el sueño. Pasarán unas horas, al alba bajaré al río en busca de agua fresca. Luego subiré el escabroso sendero donde trinan las aves como si acompañaran mis himnos sagrados. ¿Aparecerán las mariposas amarillas?

(Esther Díaz, El himen como obstáculo epistemológico, 2005)

-¿Está trabajando en un nuevo libro?

- Siempre estoy con un libro, pero no puedo usar el verbo trabajar. Escribir es lo contrario del trabajo. Y no entiendo al escritor que habla del miedo a la página en blanco. ¿Qué quiere? ¿Encontrarla ya escrita? Si me despertara una mañana y encontrara la página ya escrita, me asustaría: ¿es que me la ha escrito un fantasma? La página tiene que estar en blanco, y la ensucio yo.

(Erri de Luca, link a la entrevista)

Bataille y el método de des-cosificación del tigre


Si entra en el ciclo de las acciones útiles, como medio y no como fin, el animal es reducido a cosa. Pero esta reducción es la negación de lo que es a pesar de todo: el animal sólo es una cosa en la medida en que el hombre tiene el poder de negarlo. Si ya no tuviéramos este poder, si hubiéramos perdido la capacidad de actuar como si el animal fuera una cosa (si nos derribara un tigre), el animal ya no sería en sí una cosa: no sería un mero objeto, sino un sujeto que tendría para sí mismo una verdad íntima.
(...)
No hay nada de arbitrario en las restricciones sexuales; todo hombre dispone de una cantidad limitada de energía, y si dedica una parte de ella al trabajo, le falta para la consumación erótica, que se ve disminuida en la misma proporción. Así, la humanidad, en el tiempo humano, anti-animal, del trabajo, es la que nos reduce a cosas y la animalidad es entonces lo que preserva en nosotros el valor para sí mismo de la existenca del sujeto.
Esto merece expresarse en fórmulas precisas.
La «animalidad», o exuberancia sexual, es en nosotros aquello por lo que no podemos ser reducidos a cosas.
La «humanidad», al contrario, en lo que tiene de específico, en el tiempo del trabajo, tiende a transformarnos en cosas, a expensas de la exuberancia sexual.

(Georges Bataille, El erotismo)

La pedagogía que necesitaba...

Cuánto celebro haber leído el primer ensayo de El maestro ignorante, de Jacques Rancière... como para contradecir su método, expongo lo que a mí me resultó significativo: la enseñanza no se reduce a transmisión de, sino a un encerrar (lejos del sentido foucaultiano) de manera tal que quede clara la necesidad de salir, y la adquisición de la conciencia de que para lograrlo la capacidad está dada. Dice:
"(...) se puede enseñar lo que se ignora si se emancipa al alumno, es decir, si se le obliga a usar su propia inteligencia. Maestro es el que encierra a una inteligencia en el círculo arbitrario de donde sólo saldrá cuando se haga necesario para ella misma. Para emancipar a un ignorante es necesario y suficiente con estar uno mismo emancipado, es decir, con ser consciente del verdadero poder del espíritu humano."*
Y la nota genial es que Jacotot parece ser que efectivamente lo hizo. Teniendo presente que la transmisión en términos tradicionales como movimiento de un sabio a un ignorante no tiene sentido, sino que de lo que se trata es de aprender a traducir algo que aparece en un primer momento como incomprensible y adaptarlo al resto de los conocimientos con que se contaba, dio clases de pintura y piano, materias en las que era completamente ignorante. Lo relevante era que en el juego voluntad-inteligencia, cada quien aprendería lo que quisiera, lo que necesitara, o nada, pero lo haría por sí mismo en base a sus capacidades inherentes.
En fin, esto pasó de cita a euforia mía.

*(Jacques Rancière, El maestro ignorante, primer cap. Una aventura intelectual)

Bruta genialidad argentina que podría estar en el top de los tops

Yo soy Eisejuaz, Éste También, el comprado por el Señor, el del camino largo. Cuando he viajado en ómnibus a la ciudad de Orán he mirado y he dicho: «Aquí descansamos, aquí paramos». Allí mi padre, ese hombre bueno, allí mi madre, esa mujer animosa con el hijo de encargue, allí tantos kilómetros saliendo del Pilcomayo a pies hicimos por la palabra del misionero. Allí mis dos hermanos. Allí yo, Eisejuaz, Éste También, el más fuerte de todos. Veo y digo: «Aquí se descansamos, aquí paramos». Los lugares no tenían nombre en aquel tiempo.
He visto esos lugares desde el ómnibus una vez, cuando fui a la ciudad de Orán a pedir el primer consejo, en aquel tiempo en que tuve los sueños. Pero llegó un día en que no fui a ninguna parte: ni a Orán, ni a Tartagal, ni a Salta, ni tampoco trabajé más en el aserradero. Hice la casa de paja colorada pasando las vías del tren, y esperé el momento que el Señor me anunció. Esperé al que me iban a mandar.
---
[cargaba al Paqui, y cuenta]
Había mucho barro. Me caí. Aquel hombre se quejó. También me caí otra vez. También se quejó. Quedé lleno de barro entonces, con semejante mugre. Cuando pasaos por el almacén de Gómez los camioneros dijeron: «Ahí va Vega. Encontró su tesoro». Y a Paqui: «Vas en carroza, carroña».
Di una vuelta grande para no cruzar por el aserradero, llegué a mi casa, dejé a ese Paqui en un rincón, calenté la sopa de pescado, hablé al Señor. No supe con qué palabras, solamente le dije: «Aquí estoy, aquí estoy».
Llovió mucho esas noches, llovió esos días, ya no había ropa seca, nada no había.
El Paqui era un estropeado, un paralizado, un enfermo. Yo no sabía su nombre. Le saqué las ropas y las puse al lado del fuego. Me saqué las ropas y las puse al lado del fuego. Pero el agua entraba por la puerta.
Dijo:
-Algún día podés encontrarte como estoy yo.
Dije:
-Ya estuve sucio, ahora estoy desnudo. ¿Qué más querés?
Dijo:
-Todos ustedes son sucios y desnudos. Te podés quedar duro, y hacerte encima las suciedades; tener hambre y morder el bocado en la tierra. Y tener a las mujeres con el pensamiento. Es lo que te digo. Así podés quedar. Así quiero verte.
«Aquí estoy, aquí estoy.» Di la sopa de pescado a aquel hombre y se quedó dormido en el rincón. Dormido, en aquel rincón.
Dije al Señor: «No dejes que me arrepienta».

(Sara Gallardo, Eisejuaz)

Teoría social, teoría del mal y teoría de la intuición en la literatura de ciencia ficción

Las demostraciones del mal son la sal de la vida para Willa Mayhew, y nada me gusta más que alentarla en ese aspecto.
Todo lo que la humanidad ha llegado a ser y todo lo que ha producido no se remonta al arco y la rueda sino mucho más atrás, al reconocimiento de líneas rectas y superficies planas. Cuando se constriñe a un ser humano se lo encauza, como al agua en una tubería, y cuanto menor es el diámetro mayor es la presión. Y no digamos el control que se adquiere sobre ella... Acusarme de ir contra lo natural es no entenderme. Prefiero un seto de boj a una buganvilla, porque esta última no hace más que extenderse mientras que el boj cuanto más se lo poda más espeso se vuelve, y acepta que se lo guíe en cualquier dirección y siempre está sano. Elegir plantas que prosperan bajo la disciplina es el secreto de los negocios y también de los individuos.
Yo no me guío por reglas generales, pero si lo hiciera, negaría de plano un préstamo bancario a cualquiera que, en el primer encuentro, fuera lo que llaman «cálido» o (erróneamente) «humano» o seductor o jovialmente halagador. Que esas personas crezcan como hierba mala en tierra ajena. Yo me rodeo de costumbres, personas, actividades y plantas que puedan ser contenidos y dirigidos. Me precio de que no existe pasión ni circunstancia emocional que pueda nublar mi clara visión de su valor ni mi habilidad para encontrarle un rumbo.
Todo lo cual me lleva otra vez a Willa Mayhew y al placer que siento en su compañía, pues en mí esas cosas son cosas aprendidas, producto de un largo y arduo y resuelto esfuerzo. Willa nació con ellas o las adquirió muy joven. Su instantánea y completa comprensión de esas verdades nunca deja de asombrarme, y confirma mi convicción de que la intuición no es un salto mágico de la premisa a la conclusión sino una forma de cómputo superveloz en el cual los pasos individualmente razonados pasan con demasiada rapidez para poder retenerlos en la memoria... pero esos pasos existen.

(Theodore Sturgeon, Cuerpodivino) p. 124

Ahí está, antes que nosotros mismos

No trato, por consiguiente, de hacerles decir a los "autores" que analizo algo que de alguna manera ya sabía de antemano; como si el misterio existiera para convertirse en ejemplo de un valor a priori.

(Oscar del Barco, La intemperie sin fin) P.8

Alguna vez dijo Gabriel...

_ Señor barquero.
_ Dígame Burgundi.
_ Burgundi. ¿Hacia dónde íbamos?
¿En dónde estamos?

_Estamos en un río de datos,
no es información (aún), es puro; y
fluye hacia donde usted quiere,
pero lo ve: está quieto.

_Busco soluciones Burgundi_,
lo interrumpí, en un adelantamiento
de ideas. Pero no sé ahora
si quiero salvarme o si quiero salvarla.

Tengo mis dudas y preguntas:
necesito un buscador de soluciones.
_ ¿Ella está sobre tierra firme?
señor, discúlpeme, yo también estoy divagando.

_Ella partió antes, en otro bote.
No se fué sola, se llevó amigos.
Yo estoy solo para colmo.
_No señor, tiene a su barco.

Y dijo esto Burgundi y tocó
el puerto con su remo, y pesadamente
nos despegamos de la tierra,
nos arrastrábamos, como quien dice
por esos datos que aún no tomaban un rumbo.

_Burgundi_, le dije, volviendo a mí luego de una letargia.
_este, este es mi río?¿este es mi río...
_Así es señor estos son sus datos,
y sólo le diré que no puedo decir de donde vengo.

_Voy a volverme loco porque quiero salvarla.
Burgundi rememos, tengo la esperanza,
aunque puesta en un río que no fluye.
¡Quiero salvarla pero primero tengo que salvarme!


II (El pensamiento de Burgundi)


_¡No sé!_. _Señor, tranquilícese.
Vamos a alcanzarla, dígale que la aprecia,
aunque ella no le vea, dígale que la ama,
aunque nadie lo entienda;
no le hable de la hermana,
no le hable de la madre,
no le hable del padre,
no le hable del hermano.
Abrácela fuerte. Córtele los remos,
bésela y pásela a este barco.


III

La realidad es que cualquiera puede ver estos ríos de datos
ahora, y manejarlos a su antojo, aunque esto no funcione con todos.
De esta forma se crean diversos libros para elegir
que hacen que el cauce fluya para muchos, y se detenga para otros.
Los libros son creados por los líderes, políticos,
y gente, como cualquiera que conoce de los cursos de la vida,
que solamente trata de beneficiarse.

IV

_De cualquier forma, mi estimado
caballero, dueño de sus remos.
Nos iremos por el río.

V

Los viajeros no se salvan,
se aventuran y no dan marcha atrás,
hasta quedar conformes.

VI

Lo que no se acaba es perder el tiempo.

Gabriel (http://zonape.blogspot.com/2009/09/senor-barquero.html)

Todo y nada, el ida y vuelta de sentir mucho

Boqueteros
todo me afecta nada me afecta todo me afecta nada me afecta todo me afecta nada me afecta todo
camino como tipeo
nada me afecta
todo me duele
todo me afecta
hoy busco afuera
porque lo de adentro no me sirve
todo me afecta
una traffic blanca que estalla frente a tu casa
hace estallar tu corazón
que late 90 veces por minuto
en pedazos de nieve roja
nada me afecta
la cana se lleva a un pibe
que deja olor a miedo
en la calle
el olor a miedo es como el de la panadería
pero a la inversa
nada me afecta
sentir
todo
amor
me afecta
no creo en nada
elijo no creer
que no es lo mismo
nada me afecta
tu cara a través del vidrio empañado
mientras el auto empieza a moverse
no verte nunca más
todo me afecta
tu cara
sus caras
sin cara
mi cara deforme
por la tristeza
que no entiendo
todo me afecta
sentir es duro
busco afuera porque adentro no sirve
soy una cascara seca
con cosas
en bolsas
y ganas de llorar
nada me afecta
no me importa
y me cruzo de brazos
no me importa
porque nada me afecta
nada me importa
hasta que bajo al subte
bien abajo
y cuando llego al final de la estación
lloro desconsoladamente por 90 latidos
frente al mundo impasible que me mira
con la boca abierta
hasta que llega el subte
y pueden subir
y viajar a sus casas
en donde comentaran los túneles
y el tiempo
y las coincidencias

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