Tan buenos los jesuitas...

Aníbal Ponce comentando la muerte de Pierre de la Rameé (1515-1572):
¿Fue acaso su muerte uno de los tantos crímenes engendrados en la confusión y la locura? De ninguna manera. Está perfectamente demostrado que la mano criminal fue dirigida por ese mismo Jacques Charpentier que había pedido para él, veintinueve años atrás, la pena de destierro, y que celebró su asesinato con burlas atroces. ¿Quién era Jacques Charpentier? Un lector de matemáticas del Colegio de Francia, que obedecía ciegamente las órdenes de los jesuitas.
¡Los jesuitas! La primera vez que los nombramos ya aparecen compicados en un crimen. La Compañía de Jesús había sido fundada en 1534 para poner al servicio de la Iglesia Católica el ejército disciplinado que las circunstancias requerían. Creada por un ex apitán, tenía de la milicia la rigidez y el orden, pero sabía además, como ninguna, acortar los caminos mediante sendas oblicuas, o fingir retirarse para caer mas tarde, de sorpresa. Después de regimentar a sus soldados hasta la negación absoluta de la personalidad, la Compañía se lanzó a combatir sobre dos frentes: por un lado, contra el protestantismo cismático; por el otro, contra la incredulidad de los laicos.
(Aníbal Ponce, Educación y lucha de clases) p.116
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