El juez Potter Stewart, otrora miembro de la Corte Suprema de los Estados Unidos, se cubrió de ridículo a los ojos de casi todos los comentadores al declararse satisfecho, un día de 1964, de la definición más simple posible de la pornografía; su fórmula se volvió famosa: "Sé lo que es cuando lo veo". Los auditores se rieron a carcajadas y unánimemente se le reprochó a esta ocurrencia no ofrecer nada mejor que una apreciación totalmente subjetiva, por lo tanto sin generalización posible y sin ningún valor jurídico, además de caer en lo que a veces se llama el sofisma del elefante (creer que existen en el mundo ciertas cosas muy difíciles de describir pero que al mismo tiempo son perfectamente reconocibles como el elefante). Sin embargo, el juez Potter Stewart enunciaba tal vez con mucha simpleza una definición particularmente adecuada y precisa de la pornografía. De hecho la única definición formal utilizable. Pero tendría que haber seguido con su idea y explicarla más.
En principio, el sofisma del elefante no es tan absurdo. La pornografía, como la belleza, la cualidad o el humor, pertenece a esta clase de cosas curiosas que creemos reconocer todo el tiempo sin poder nunca definirlas.
(Bernnard Arcan, Antropología de la pornografía) p26
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