(Emil Cioran, Breviario de los vencidos) P.16
Jardinería, o por qué Chauncey Gardiner no tiene interrogantes metafísicos
Si viviésemos en jardines, no habría sido posible la religión. Su ausencia nos ha empujado a anhelar el paraíso. El espacio sin flores ni árboles impele a los ojos a mirar al cielo y recuerda a los mortales que su primer antepasado hizo un breve alto en la eternidad y descansó fugazmente a la sombra de los árboles. La historia es la negación del jardín.
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