El ángel de la ciruela
pensativo cuida mi alma
y mi cuerpo. Cuida de mí
en el huerto y en la casa,
seco o mojado en ese tiempo
buscando anís, luchando
con la maleza, las espinas
y el aloe. Ahora aprendo
con él en mi jardín. Sabio
miro tallo y raíz y hoja
mordida y oruga inmóvil. El ángel
de la ortiga. Es la nostalgia
de las cosas que han pasado, es
un ángel del alimento, una hoja de té.
(Osías Stutman, La vida galante y otros poemas)
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